Tribulaciones de un casi confinado.-95
Hoy 26 de octubre, este que escribe está, por ser educado, hasta las narices. Hasta las narices de la situación que él como todos los españoles estamos viviendo. Uno que se dice Presidente de un país tan extraordinario como España es capaz de proclamar una Alarma sanitaria para que se ponga en vigor hoy domingo, seis horas después de haberla decretado por televisión. Durante los primeros 15 días, después tendrá que aprobarla el Parlamento, decreta nuevas normas de control de la pandemia que cambian las que un día antes habían decretado la Comunidad de Madrid y otras Comunidades.
Lo de este hombre es para estudiarlo en la Facultad de Ciencias Políticas. Un presidente que lleva 9 meses gestionando una pandemia a base de decretos que, como el tiempo en otoño, cambia a menudo pasando del sol a la lluvia, del frío al calor o de la luz a la penumbra. Un presidente que no sabe tomar medidas a largo o medio plazo porque las va tomando según le van llegando los datos o sus asesores le van soplando al oído. Un presidente que desde el día que anunció y presumió que habíamos vencido al virus, los contagios han pasado de 78 a 8.293 al día. Un presidente que ha decidido cargarse la economía para luego a base de subir los impuestos y del dinero de la UE salir como salvador de lo mal que lo han hecho las Comunidades especialmente las del PP. Un presidente que va a ver al Papa e incumple las normas que el mismo ha dictado. Un presidente que en plena pandemia va a ver a S.S el Papa para hablarle de los benedictinos del Valle de los Caídos a los que quiere echar; de cobrar el IVA del patrimonio de la Iglesia o de la “muerte súbita” que son temas que todo el mundo está demandando en España. Mientras el paro desbocado, la economía por los suelos y la lista de nuevos impuestos preparada para aprobarse con los Presupuestos.
La cara del Papa es de una alegría enorme
Me voy a callar porque me aburre ya escribir de este mentiroso compulsivo.