El Semanario “Veleta” uno de los muchos periódicos escurialenses que vieron la luz, nació de la mano de Carlos Sabau Bergamín el mismo año de mi nacimiento allá por 1.945. Nace con la única intención de reinstaurar la Romería y propagar la devoción a la Virgen de Gracia entre el pueblo y la colonia.
Carlos Sabau marchó a las américas y escribía su sección “Desde el otro lado del Atlántico” en “Veleta”, su querido semanario, para tener un cordón umbilical que le uniera con San Lorenzo y sus gentes a los que quería de manera muy especial. En agosto de 1.950 desde La Habana firmó el artículo “¿Quién quiere construir el “Supermercado de Abantos” en el que cuenta que en sus viajes por tierras cubanas y mejicanas había observado un tipo de tiendas que no existían en España. Eran los “Supermercados” y los describía como grandes naves llenas de todo tipo de artículos comestible y para el hogar, desde las patatas, las verduras, las frutas, las conservas, el azúcar o el pan, artículos que en España se vendían en distintos tipos de locales exclusivos. Con ello, decía Sabau en su artículo, las que hacían la compra, que entonces eran fundamentalmente mujeres, ahorraban tiempo y dinero centralizando en un solo local la adquisición de todo lo necesario para el día o la semana.
Le llamaba la atención que en estos “Súper” los clientes se despachaban solos sin necesidad de que nadie les atendiera, forma muy distinta a como se hacía en nuestras tiendas de ultramarinos o de comestibles, para mí más cercanas y entrañables que estas grandes naves impersonales. Poca gente conoce hoy día el nombre de las cajeras o vendedores de pescado de estas inmensas tiendas como se conocían antes en las pequeñas tiendas de barrio. Pero para aquella época de 1.950 todo era chocante: el cliente pesaba lo que quería llevarse, lo envolvía y colocaba en las bandejas de un carrito metálico -similar a las sillas de los niños pequeños- que había tomado a la entrada del local y poco a poco iba llenándolo con multitud de productos que él mismo había tomado de los estantes. Cuando termina su compra se dirige hacia la caja donde una empleada va separando los productos, los cobra y vuelven al carrito que se dejaba a la puerta del local para un siguiente cliente.
Comentaba Sabau que este tipo de grandes tiendas se encontraban en zonas residenciales y elegantes que así se llamaban en estas ciudades y recuerda al precioso Barrio de Abantos escurialense, en el que, dice, no existía ninguna tienda de comestibles y sería de gran utilidad la creación del “Supermercado de Abantos”. Con su visión de futuro, Carlos Sabau augura gran éxito a este tipo de establecimiento al que podría combinarse con un bar y sus mesas en una amplia y fresca terraza y en el interior una gran barra americana. Además lo ubicaba en el Monte Bajo y le daba una vida activa de cuatro o cinco meses por temporada, aunque ya en 1.950 auguraba que serán muchas las personas que habitarán establemente en El Escorial aunque vayan a diario a Madrid a cumplir con sus obligaciones.
Así mismo, en su artículo, daba ideas a los comerciantes del pueblo de como deberían unirse en una sociedad, con un comerciante por especialidad y se ofrecía para dar todo tipo de información y ayuda a quien lo estimara realizable.
Todo lo que contaba Sabau en 1.950 en su artículo del “Veleta” nos es totalmente familiar hoy día dada la multitud de este tipo de establecimientos que llenan nuestros pueblos y ciudades.
Cuando Carlos Sabau pedía que alguien creara un Supermercado en Abantos no creo que pensara que 70 años después, menos en Abantos que sigue sin que exista, se crearan en el Escorial tantas superficies comerciales como las que existen hoy día. Desde el primer supermercado de San Lorenzo, creo que fue “Gigante” en la zona del Polígono de Matacuervos, hasta hoy día, hemos vistos crecer este tipo de establecimientos de forma exhaustiva en nuestros dos pueblos y llegar a concentraciones en una misma zona de hasta seis grandes superficies. Ante los nuevos ensanches previstos, en unos años veremos crecer este tipo de establecimientos aunque parece que hoy día exista una súper oferta de supermercados para estos tiempos de crisis.