Anécdotas escurialenses

Azaña

Cuenta Abascal en el libro “Al Marqués de Borja” que el estudiante de Derecho del Colegio Universitario María Cristina, don Manuel Azaña, antes de dejar el internado en 1.897, lanzó este grito de guerra:

Cuando yo sea Presidente de la nación haré que rebajen este muro”

El Marqués de Borja, Intendente de la Real Casa, supo de la bravata del estudiante y dos años después la atendió, adelantándose así al futuro Presidente de la República.

Se refería al rebaje que sufrió el pretil del estanque de la Huerta del Monasterio del que ya hemos escrito en estas páginas.

Vidriera con escudo de Fútbol

Parece ser que la única vidriera en una iglesia que existe en el mundo con un escudo de un equipo de fútbol, se encuentra en San Lorenzo de El Escorial. En la que fue Parroquia y hoy Santuario de la Virgen de Gracia existen varias vidrieras, creo que ocho, regaladas por instituciones y particulares. Una de ellas, la primera a la derecha, es regalo de la U.D. San Lorenzo y aparece el escudo emplomado en la vidriera.

Leyendas

Los muchos años de existencia de El Escorial y de su Monasterio han dado lugar a infinidad de leyendas alrededor de una localidad y más aún cuando ha sido residencia regia de monarcas, algunos maltratados por fábulas y leyendas. Las hay de todo tipo: de fantasmas, de duendes y aparecidos, de crímenes y envenenamientos, de hechizos y brujerías, de tesoros escondidos y de monstruos fantásticos que los guarden, de galerías subterráneas interminables….,

Cuentan todo esto, Polilla-Alvaro Suárez Valdés- y Luis de Santurce-Carlos Sabau- en su libro “El Escorial” que guardo como un incunable.

Continúan diciendo que “bien hubiéremos querido recoger en estas páginas algunas de las mas sabrosas leyendas, pero existe precisamente en la localidad una leyenda que prohíbe terminantemente, bajo terrible penas, el que sus leyendas sean narradas fuera de determinadas condiciones.”

Para no privar del conocimiento de las más importantes los autores hacen una relación de las leyendas que no encontrarán quien se las narre sin que se den las condiciones que las leyendas exigen: a la luz de la luna, en los alrededores del Monasterio o a la luz del sol desde los altos montes desde los que se divisa.

Leyenda de la cruz del ahorcado; leyenda del Infante asesinado; leyenda de la cruz del quemadero o del nefando; Leyenda de Mata-las-Fuentes; leyenda de la Plaza de Toros desaparecida; Leyenda del tesoro de Felipe II; leyenda de las ánimas; leyenda de las apariciones de la luna de agosto; leyenda de las campanas; leyenda del caballo del rey; leyenda del envenenado; leyenda del mago de la cascada; leyenda de los duendes del Monasterio y tantas otras que seguro los más antiguos del lugar conocen.

El Sultán de Marruecos

Algún día contaré las muchas personalidades, políticos, músicos, pintores, escritores, autores teatrales, periodistas, abogados, millonarios o importantes profesionales que viven o han vivido en El Escorial de Arriba y de Abajo.

Uno de estos personajes que vivió una larga temporada, dos o tres años, en San Lorenzo, fue nada menos que el Sultán de Marruecos.

Cuenta Gaby Sabau en la conferencia que dió sobre el 50 aniversario de la Capilla de Abantos, que una vez parcelado el prado de la familia de Leandro Rubio y abierta la calle que la une con Floridablanca y los Alamillos, se inicia la construcción de varios hoteles en esa zona del Plantel tan llena de encanto para algunos entre los que me incluyo.

Uno de ellos llamado Ariel, hoy “El Capricho”, muy pronto se le conoció como “la casa del Sultán”, “pues habiendo sido destronado el sultán de Marruecos Haffid Muley por su hermano que lo quería matar, buscó refugio en España y el Gobierno le fijó El Escorial como residencia y aquí permaneció dos o tres años, acondicionando la calle de Leandro Rubio a su costa para poder servirse del magnífico automóvil que trajo”

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