Mucha gente como yo, no han conocido a alguno de sus abuelos. En mi caso los dos fueron asesinados en la Guerra Civil por el mero hecho de ser católicos, uno por ser arquitecto y el otro por ser abogado del Estado. Simplemente por eso, por ser gente de bien. Me hubiera encantado conocerlos y haber tenido las vivencias que como nieto se tienen con un abuelo y que me invitaran a chuches o que me fueran a recoger al colegio. Sí conocí a mis abuelas y tengo magníficos recuerdos de las dos, especialmente cuando una de ellas aquí en San Lorenzo nos reunía a todos los nietos en fila y uno a uno nos iba dando un duro de niquel para las fiestas.
Siempre nos hemos aprovechado de los abuelos. A mi padre le llamaba, un día si y otro también, para que fuera a buscar a sus nietas al Colegio y se que le encantaba. Yo tengo cuatro nietas y las dos mayores aunque tienen 7 y 8 años me llaman por teléfono porque dicen que quieren verme o para que las vaya a recoger al colegio. Mentira. Quieren verme porque las invito al aperitivo en “Casa Puebla” en Madrid; porque las llevo al Corte Inglés o a los chinos y porque las compro pegatinas o los últimos artilugios de Patito Feo, una serie de televisión que les encanta a todos los niños y especialmente a mis nietas. Y yo encantado de hacerlo.
Y ahora también los sindicatos quieren que los abuelos les ayuden a que la huelga sea un éxito. Por ello y aprovechando que los abuelos están para un roto o para un descosido, el secretario general de UGT en Andalucía, Manuel Pastrana, que como ha dicho Antonio Burgos “tiene nombre de presidente sudaca”, exhortó a todos los sectores sociales, a secundar la huelga. Entre todos los sectores sociales incluyó a los abuelos a los que pidió que ese día tan señalado de la huelga, “que no lleven a los niños al colegio, que no vayan al parque con los más pequeños o que no cuiden a sus nietos”. En un acto de apoyo a la huelga en Sevilla involucró a todos, ante la amenaza que la reforma laboral supone para el estado del bienestar.
La verdad es que los sindicatos “están cagados” ante el posible pinchazo de la huelga general del 29 de septiembre convocada hace nada menos que seis meses y al tal Pastrana o se le ha ido la hoya o se ha tomado una botella de manzanilla. No hay ambiente de huelga general. El pesimismo impera y ya no saben que hacer los sindicatos para que la huelga sea un éxito. Cada día se descuelga una asociación: hoy los funcionarios, mañana los maestros y profesores y pasado los médicos, los técnicos sanitarios y las enfermeras. Igualmente la Asociación de controladores aéreos ha dicho que no secundará la huelga y dejará libertad a sus miembros para hacerla o no. Habrá que ver que hace el Metro de Madrid que no está para más descuentos en la nómina o más expedientes por no cumplir los servicios mínimos en la pasada huelga salvaje.
El baranda socialista de la UGT ha dicho en ese acto de Sevilla que “el 29 de septiembre debe ser un día sin consumo, un día sin transporte ni servicios públicos, un día en el que se hagan visibles el millón de parados andaluces y los pensionistas; en el que los abuelos participen en la huelga sin atender ese día a sus nietos, porque son una parte fundamental para el funcionamiento del país” ¡Que sarta de memeces y tonterías dice el colega! ¡Y venga con los abuelos! Pero no se da cuenta el cantamañanas sindicalista que si los abuelos van a la huelga los padres tendrán que quedarse en casa con sus hijos y no podrán ir a las manifestaciones o a hacer de “piquete informativo”. Dice que debe ser un día sin consumo es decir para que las grandes empresas, los autónomos o las Pymes pierdan más dinero del que ya han perdido. Dice luego que se haga visible el millón de parados andaluces. Sí; gracias al PER de Andalucía que mantiene un millón de parados en lugar de crear empleo.
Ahora piden “que se oiga nuestra voz para defender nuestra dignidad como ciudadanos” ¿Dónde estabais antes defendiendo la dignidad de los trabajadores? Estabais en amor y compañía con el Gobierno porque es quien os insufla el oxígeno necesario para respirar, en forma de inmensas bombonas de euros. Ahora se ha sabido que últimamente las subvenciones para “formación” han aumentado de forma extraordinaria.
Ante la llamada a los abuelos para que secunden la huelga general, el problema se les plantea a los propios sindicatos y a la Administración. ¿Se fijarán servicios mínimos para los abuelos? ¿Se nombrarán piquetes informativos? El tema es complicado porque lo que llaman “piquetes informativos” son los encargados de tirar piedras a los escaparates de la empresas que han decidido trabajar; pegar “informativamente” a los que quieren trabajar; poner silicona en las cerraduras de los bancos o pinchar las ruedas de los autobuses de la EMT para que no salgan a trabajar. Todo esto se les plantea difícil a los abuelos aunque pueden ser eficaces “informativamente” si llevan una buena garrota.
Soy abuelo y el día 29 haré lo que me lo que me salga de los dídimos es decir lo que me de la gana y por supuesto estaré con mis nietas hasta que me cansen. Si es necesario haré huelga a la japonesa, es decir trabajaré más horas de abuelo y hasta las pondré películas de dibujos animados o de Marisol, las bañaré y si es necesario las dormiré contándoles un cuento.
Y termino con parte del magnífico romance, que al abuelo esquirol, le dedica en ABC Antonio Burgos a cuya nieta Ana ha decidido dedicarla todas las horas del día del 29 de septiembre, día de la huelga general.
Aunque piquetes de abuelos progresistas y en manada
liberados sindicales y gente de tal calaña
traten por todos los medios de que no recoja a Ana
y la lleve a su colegio ese que está en Aravaca,
que se llama Los Rosales y donde van las Infantas,
ese día allí estaré en cuanto amanezca el alba,
y ejerceré de canguro con mi abuelidad probada.
Espero que la cancela de aquella casa morada
no tenga la cerradura…al uso: siliconada.