Leer a los que de esto saben, a los cronistas de la Villa y de San Lorenzo o a los historiadores e investigadores de nuestra historia, da para escribir cientos de páginas de nuestros dos pueblos y siempre con la idea de trasmitir sus investigaciones a los demás.

Llega a mis manos un artículo de Luis Manuel Auberson (*) escritor y cronista de San Lorenzo, publicado en la Revista General de Marina en julio de 1.983. Por sus explicaciones me entero de como fue el ataúd de Felipe II, algo en lo que jamás se me había ocurrido pensar, pero su historia merece la pena ser trasladada a que tienen interés por los temas escurialenses.

Muerto el Rey Felipe II el 13 de septiembre de 1.598 en su celda del Monasterio, envolvieron su cuerpo en sábanas blancas y lo depositaron en un ataúd que el propio Rey había visto antes de morir y que el mismo había mandado construir.

Según cuenta el Padre Sigüenza, el ataúd real se realizó con la madera de una viga perteneciente a la quilla de un galeón portugués, llamado “Cinco Llagas” triste coincidencia ya que el cuerpo del Rey estaba cubierto de decenas de dolorosas, hediondas y supurantes llagas.

El barco portugués construido en Goa- india Oriental- realizó durante 25 años el recorrido de Lisboa a Goa trasportando todo tipo de magníficas telas de seda así como piedras preciosas, marfil, corales y briosos corceles. La historia de este galeón portugués es interesante dadas la múltiples vicisitudes que pasó en sus continuos viajes.

El traslado al Monasterio de la gran viga de madera de teca, muy utilizada en los astilleros de Goa, costó mucho dinero pero Felipe II tenía dos motivos importantes para hacerse traer esta pieza del galeón: una técnica por la dureza y resistencia de esta madera a la corrupción y otra sentimental para dar a los portugueses una última prueba de afecto, escogiendo para su última morada la madera de un barco que había surcado las aguas del mundo bajo la bandera portuguesa. El padre Sigüenza asegura que era de una madera del árbol llamado” agneli” que crece en Brasil.

Según cuenta el artículo de Auberson al que hacemos referencia, en 1.564 “el esqueleto de Felipe II fue sacado del ataúd y depositado definitivamente en una urna de mármol del panteón de Reyes y fue conservado en una sala próxima al panteón hasta que las tropas napoleónicas lo destrozaron junto a otros. Cuando fue  trasladado al panteón real, sus restos se limitaban a polvo y pequeños fragmentos de huesos, guardados en una bolsa de raso carmesí, según escribió el Marqués de Borja, Intendente general de la Real Casa y Patimonio”. Curiosa fue la muerte de esta insigne personalidad tan ligada al Escorial y cuyo busto se encuentra en la Plaza de San Lorenzo junto a los Jardincillos.  Por su cargo, el Marqué de Borja estuvo presente en la apertura de la caja de zinc de un personaje real y parece que su prematura muerte, se debió a la picadura de una mariposa negra que salió del féretro una vez abierto.

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(*) Luis Manuel Auberson: Entre sus libros y escritos figuran ; “Cien años de vida cultural y religiosa en El Escorial, 1.885-1.995”. Separata de Cuadernos de la Historia.

“San Lorenzo. Flor y cumbre de los mártires”

“Historia del escudo del Municipio de San Lorenzo del Escorial”

“Madrid. Historia. Arte. Vida.” Auberson. Fco. Azorín, ,Esteban Corral García, Fernando Chueca Goita, Juan Van-Halen, José García Nieto….