El partido

Pensaba que iba a ser un día interesante o al menos entretenido. Si la mañana no había sido de las mejores, la tarde se preparaba, al menos a partir de las ocho, como una de las que muchos recordarían toda su vida. El Barcelona se enfrentaba al Real Madrid y se jugaban la Liga en el Nou Camp. La gente había olvidado por unos momentos el paro, la economía, la prima de riesgo, Argentina, la Bolsa por los suelos…Sólo se pensaba en encender la televisión y ver a su equipo favorito como ganaba «el partido del siglo» de este mes. Yo lo tenía planeado. Mi sangre atlética me hacía no decantarme por ninguno ya que unos me caen mal y los otros peor. Sabía que las calles estarían vacías, los bares a tope y las casas de los que tienen Canal + llenas de amigos que irían a merendar y verlo por la «patilla». Y así fue. Tendría que tomármelo con calma y bajar a las siete o siete y media al bar para poder coger sitio y ver el partido entre madridistas, cosa que no me apetecía mucho, pero había que verlo pues necesitamos cosas como estas para seguir viviendo.

Cuando todo esto pasaba por mi cabeza una importante e inesperada diarrea me dejó en casa compuesto y sin Canal + pues hace muchos años que prometí no pagar por ver la televisión. Ante tan anómala situación, decidí quedarme en casa con una manzanilla por toda comida. Como hay que ser positivo pensé en que a lo mejor era la única persona que no veía el partido y me darían una medalla o una televisión de 32 pulgadas como premio. Puse la radio y entre ida y venida me enteré que el Real Madrid había ganado por 1-2 y se afianzaba en la conquista de la preciada Liga de Ronaldo y Mouriño.

Pero como generalmente no estoy de acuerdo ni con mis propios pensamientos, enseguida me di cuenta de que estaba equivocado. No iba a ser el único que no viera el partido. ¿Cuántos enfermos no lo habrán podido ver en su cama del hospital? Me acordé de ellos y aunque yo también lo estaba, mi enfermedad era lo más parecido a ponerme una tirita. Me acordé de los parados que tenían en su casa el sangrante Canal + y se han tenido que dar de baja. Algunos habrán ido a casa de su cuñado y otros  habrán oído los goles por el patio de luces de su casa. Me acordé de los dependientes del Corte Inglés que el sábado cierran a las diez de la noche. ¿Lo verían en las plantas de ropa o electrodomésticos? Y así tanta gente que seguro que no lo pudieron ver y a los que les dedico esta reflexión mía. Siento haberme perdido el premio.

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