Todo pueblo o ciudad que se precie, tiene una calle emblemática, representativa, con solera, llámese la Calle Mayor, la Gran Vía o la Calle de las Tiendas, en la que se palpa la historia, en la que se pasea los domingos o en la que se celebran los principales actos lúdicos o religiosos. Es la arteria que nos lleva al corazón del pueblo o de la ciudad. En pleno centro de San Lorenzo, esa calle típica y simbólica es la calle Floridablanca. Pasear por esta preciosa arteria es pasear por la historia del pueblo, pues cada edificación es un pedazo de ella y con nombres que nos hacen recordar su historia en cada momento. La Casa llamada de Jacometrezo, la Casa de los Doctores; la Fonda de los Milaneses o las Casas de los Reales Cuarteles de Infantería de Guardias Españolas y Valonas; el Real Coliseo; la Iglesia de los Laborantes y las tres Casas de Oficios.
Salvadas las trabas jerónimas que impedían las construcciones fuera del recinto de la Lonja y las Casas de Oficios, se inicia el desarrollo urbano de San Lorenzo por la calle que primero fue cañada ganadera, calle de los Doctores, San Juan de Malagón, calle de la Capilla para llamarse como hoy la conocemos, Floridablanca. La calle comienza en la Plaza de la Virgen de Gracia y termina en la calle Alarcón, aunque “oficialmente” lo sea en la Casa de Jacometrezo con vuelta a Leandro Rubio. El origen de esta casa se remonta al momento de la construcción del Monasterio en el siglo XVI con el fin de alojar a algunos de sus laborantes y oficiales. Fue el Hotel Jardín durante muchos años y era uno de los sitios más agradables para merendar y pasar las tardes veraniegas bajo sus frondosos árboles. Ahí está hoy día, sucio y destartalado como en su momento dijimos del Batán o de la piscina del Felipe II.
Las dos aceras de la calle parecen dos hermanas permanentemente cabreadas ya que una pertenece al Ayuntamiento y la otra al Patrimonio Nacional. Iniciando la subida desde el Laberinto, nos recibe el Regina, que fue hotel junto al Columba, hoy desaparecido. A continuación las edificaciones que fueron los Reales Cuarteles de Infantería de Guardias Españolas y Valonas. Situadas en los números 6, 10 y 12 son tres edificaciones que forman parte de la primera obra borbónica en San Lorenzo y sirvió de residencia para el cuerpo de Infantería de la guardia española y valona. Con muchas modificaciones, hoy dan cobijo a dos hoteles, dos restaurantes, una galería de arte y una tienda de regalos.
Aparece después, la que fue la Fonda de los Milaneses, hoy día de propiedad privada y en la que se ubica la Farmacia de González de Cos. Construida entre los años 1.767 y 1.773 y cuyos autores están sin identificar. Fue hospedaje real, alquilada posteriormente a la Compañía Los Milaneses, dueños en Madrid de las fondas San Sebastián (1.765), La Fontana de Oro y La Cruz de Malta donde se daban cita gran parte de los intelectuales de la época. Es una edificación de planta compacta, de cuatro alturas y cuatro fachadas de tipología propia de las casas de alojamiento en las jornadas reales.
El Real Coliseo de Carlos III, hoy cerrado, cuya reconstrucción en 1.974, corrió a cargo de los hermanos Martín Gómez, Pedro y José Luis y por el arquitecto Mariano Bayón. Edificio construido por el arquitecto francés Jaime Marquet en 1.770, autor también de los teatros del Pardo y de Aranjuez. Formaba parte de un conjunto de edificios, como la Casa de los Cómicos y otras dos que luego constituirán la Fonda y Café de San Luis, hoy el Hotel Miranda Suizo. En 1.870 se autoriza al Ayuntamiento la demolición del pórtico con arco que atravesaba Floridablanca desde la Casa de Oficios y por donde en otra época, la realeza pasaba al teatro. Los materiales del tejado y la piedra fueron aprovechados para reparar los edificios de la Cárcel, El Hospital de San Carlos y enlosar los alrededores de la Casa de Oficios. A partir de aquí se abre un espacio a la recoleta y preciosa plaza de Jacinto Benavente o de Los Jardincillos que dibuja el eje con la cuesta de Grimaldi y la fachada de poniente del Monasterio. La plaza está limitada por la casa de los Cómicos y la Casa de los Doctores. Fue ésta la primera edificación realizada fuera de los muros del Monasterio para ampliar sus dependencias. Dedicadas a los seglares que como catedráticos del Colegio daban clases de Arte y Teología. Proyecto del maestro mayor del Rey, Juan de Villanueva en 1.583. Sufrió varias transformaciones, elevándose en una planta. El uso actual es hostelero, comercial y residencial en las plantas superiores.
A partir de aquí las terrazas y bares nos llevan hasta otro espacio abierto, la Plaza de la Constitución, con el Ayuntamiento como fondo. De aquí hasta Leandro Rubio se suceden actualmente una serie de bares y restaurantes en la zona que fue: tienda de patatas fritas Tomasín, Central de teléfonos, Carbonería Marinas, tienda de ultramarinos, Perfumería, bar Manjarín…
La acera de la izquierda de la calle Floridablanca es pura historia con la Primera y Segunda Casa de Oficios con sus tres recoletos patios con soportales, pilares cuadrados y árboles centenarios, separadas por la cuesta de Grimaldi. La Segunda Casa termina con la que fue primero Iglesia de los Laborantes, parroquia de San Lorenzo después y hoy Santuario de la Virgen de Gracia junto a la escalera que baja a la Lonja por la calle de la Capilla pasando por el Patio de la Leñera junto a la Tercera Casa de Oficios. Se dice que por esta escalera baja más gente de la que sube.