Se acercan las Fiestas Patronales de muchos pueblos y ya tenemos a la vuelta de la esquina la de San Bernabé patrono de la Villa de El Escorial. Esto me ha hecho desempolvar muchos programas antiguos de estas fiestas y de las de San Lorenzo y he recordado algunas que ya sólo servirán para la memoria.
El 8 de septiembre de este año se cumplirán 97 del último Torneo de Caballeros celebrado en Europa que conmemoraba, tres siglos después, otro que debía haberse celebrado en 1.593 en honor de la hija del rey y de su esposo. Con esta fiesta, celebrada en La Lonja del Monasterio, el municipio escurialense, tocando a fin el verano, obsequiaba así a los veraneantes y vecinos. Yo conocía esta fiesta porque la recoge Gaby Sabau en su libro Historia de San Lorenzo del Escorial y la leí también en un artículo de ABC de hace ya tiempo: “Corría 1.912 y a la luz del sol poniente-cuenta el ABC en la pluma de Virginia Ródenas- desfilaron todos los grupos participantes entre los aplausos de miles de espectadores. Era domingo cuando en La Lonja se cumplía con la liturgia final del último torneo caballeresco celebrado en España. Felipe II estaba representado por José Mª Florit, conservador de la Real Armería y otros conocidos personajes se metían en el pellejo de la Infanta Isabel Clara Eugenia, en el del Archiduque Alberto y hasta en el del Príncipe Felipe encarnado por el niño Echenique. En liza el mantenedor Sánchez Mesa con el nombre de el Caballero de San Lorenzo y el señor Ibarrola, con el del Caballero de San Andrés. Ambos se presentaron con brillantes armaduras y acompañados de sus escuderos, armados igualmente. Todos se lucieron como consumados jinetes en este torneo a caballo, en el de espadas a pié y en el juego de la rosa. De todo ello fue testigo de excepción la Infanta Isabel, La Chata y “salió complacidísima”, como dice el cronista y “felicitando a todos los que habían tomado parte en la artística fiesta”.
La Lonja y más concretamente el Patio de Reyes, también fueron testigos de dos importantes fiestas poéticas. Los primeros Juegos Florales, celebrados en 1.915 que tuvieron como mantenedor a D. Jacinto Benavente, Premio Nóbel de Literatura unos días más tarde, e hijo adoptivo de San Lorenzo. Estos juegos poéticos tuvieron una gran repercusión y sirvieron para dar ese aire cosmopolita, de poesía, teatro y cultura de las fiestas del verano escurialenses de la época. Los segundos Juegos Florales, a los que asistí, se celebraron el 29 de agosto de 1.964 en el mismo escenario, con motivo de los actos del IV Centenario de la construcción del Monasterio y tuvieron como Reina a Mari Paz Camins.
En 1.915 se celebraron fiestas en honor de Alfonso XIII en el Parque a las que asistió el propio Rey; la fiesta de época de Felipe IV en los jardines de la Casita del Príncipe o la Fiesta holandesa en el Jardín de los Frailes. Se representaron obras de difícil ejecución en el teatro Lope de Vega tales como La canción del olvido, Los intereses creados o el Patio; La rendición de Breda representada en la Herrería o la obra de Pedro Muñoz Seca La pata del muñeco que escribió expresamente para El Escorial e interpretada por actores aficionados de la colonia veraniega.
Según reza el programa de festejos de 1.916, la Fiestas en San Lorenzo comienzan el 2 de agosto con un Concurso Hípico y terminan el día 28 del mismo mes. Casi 30 días de continuos festejos populares. Concurso de Tiro de Pichón en la Herrería, conciertos en la Lonja y en el kiosco de Terreros por la Banda de Carabineros, obras de Teatro y un largo etc. Es decir Poesía, Música, Hípica y Teatro pero también deporte y bailes en la Plaza, eran el centro de las fiestas veraniegas para celebrar al patrón San Lorenzo.
En 1.932 se instaura en San Lorenzo, la figura de la Dama Regidora. En una fiesta en los jardines de la Casita de Arriba, entonces el Patrimonio dejaba utilizar los preciosos jardines, fue elegida la primera Dama Regidora por votación popular que recayó en Carmen Isasa. Entre las damas de su corte figuró la guapísima y elegante actriz Maruchi Fresno. Muchas fueron las fiestas que organizaron y entre ellas destacaron “Una zambra gitana” y la primera “Verbena Madrileña”. En 1.933 la regidora Conchita Ongil organizó “Una boda en la huerta valenciana”. Fiestas como la de “Las Regiones Españolas” “La Fiesta China” y “la Romería del Rocío” celebrada en 1.935. Tras la guerra incivil, en 1.940 se recupera la institución de la Regidora y se organiza la gran fiesta de “La Serranía cercana”. Años más tarde, ya en mi recuerdo porque participé en ella, la “Fiesta Valenciana”, siendo Dama Regidora Mercedes Goncer. Un cortejo lleno de colorido de veraneantes y vecinos, vestidos con el traje regional valenciano, con antorchas que iluminaban la preciosa noche agosteña y portando flores, se iniciaba en el Parque y después de recorrer las calles centrales del pueblo finalizaba en la plaza de los Jardincillos donde una imagen de la Virgen de los Desamparados esperaba la llegada del cortejo y sus porteadores de flores para rendirle homenaje a la patrona valenciana.
Estas fiestas ya sólo quedan para el recuerdo, para las hemerotecas y las crónicas de sociedad de la época ya que hoy sería impensable que actos como éstos figuraran en los programas de las fiestas patronales. No tendrían cabida en las mentes ni en los presupuestos municipales y se sangraría aún más a comerciantes y vecinos que son los que en muchos casos soportan los gastos de muchas celebraciones y festejos. No quiero polemizar pero si analizamos los actuales programas de fiestas de los pueblos, parecen todos hechos por la misma Comisión de Festejos. ¡Que pena!