¡Pobre Goya!

 

No pienso escribir sobre lo que ayer ocurrió en la Gala de los Premios Goya. Y no pienso escribir porque hacer de una fiesta del cine, un mitin contra la derecha en todas sus vertiente, no me interesa. No escribí cuando en plena crisis , con Zapatero al frente, nadie de los de la ceja se quejó de la situación en la Gala de los Goya y no lo haré ahora en la Noche de los Goya de la derecha, con Rajoy como Presidente. No me interesa reirle las gracietas a Eva Hache, que sólo ha quedado para monólogos y para atacar a todo lo que la rodea, pero tapizada con un vestido de un modisto de la derecha. Decidí no escribir sobre la Noche del Cine, al haber leido- no me dió la gana ver por TVE la Gala de 100 millones de las antiguas- los dardos envenenados que envió la presentadora sobre la diana del Gobierno, sobre la del ministro Wert, sobre la diana de los recortes, la de la Monarquía y la de Urdangarín. Dicen que el Cine está en crisis. Yo digo que no está en crisis que está hundido y en quiebra de valores culturales y profesionales que tanto defienden en sus mítines. No me interesa escribir de una fiesta a la que una invitada de postín como Penélope, nominada a un premio, no la dió la gana de aparecer y seguro que se quedaría en EE.UU buscando Hospital donde dar a luz a su segundo hijo, mientras su marido el Bardén, tan contrario a los imperialistas americanos, salió en defensa del Sáhara, porque allí no se puede recortar en educación ni cerrar escuelas. Escribir de los vestidos de las actrices rojeras me figuro que cedidos por los mejores modistos españoles, se lo dejo a los estilistas de la prensa del corazón y por eso no quiero escribir de ellos.

No puedo escribir de una noche de fiesta cinematográfica en la que los que reciben el premio atacan a todo lo que se menea. Corbacho saludando a todos menos al ministro Wert al que sólo le dedicó un 21%; o Candela Peña que dijo llevar tres años sin trabajo (es decir cuando Zapatero gobernaba) y que su padre había muerto en un hospital público donde no había mantas para taparlo y el agua para beber la tenía que llevar la familia. Y si esto es así ¿porqué defiende la sanidad pública? Algunos con pegatinas contra los recortes emulando a los de NO A LA GUERRA; la Verdú criticando al sistema «que roba a los pobres para dárselo a los ricos». Discursos todos ellos a los que faltó que alguno donara su caché de la próxima película para dar de comer a los necesitados.

Siempre me he preguntado porqué estas Galas reivindicativas no se hacen el algún local de los barrios obreros, en Carabanchel o en Vallecas donde tantas necesidades existen y pefieren hacerlos en el Palacio de Congresos Príncipe Felipe. ¿Que pasaría si en la Noche de los Oscar los premiados se dedican a atacar a Obama, a la guerra de Afganistán o a los recortes del Gobierno?

 

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